Los paseos se limitan al tiempo estrictamente necesario y el animal necesita gastar energía.
La cuarentena ha cambiado nuestra forma de vivir. También la de nuestras mascotas. El paseo de los perros no es igual ahora que antes.
Esto hace que los perros no gasten toda su energía en corretear como suelen hacer normalmente, y tampoco les permite establecer contacto con otros animales ni olisquear el entorno, por lo que hay que cubrir esas necesidades en casa.
De no hacerlo, el animal pierda apetito, estar más desanimado o, por el contrario, con más ansiedad. Esto podría llevarle a gastar la energía extra en destrozar los muebles de casa. “Los perros, aunque pensemos que no, saben que algo está pasando y también necesitan nuestro cariño y apoyo en esta pandemia”, señala Laura García, auxiliar técnico veterinario.
Para apoyarle en esta situación, hay actividades que se pueden hacer en casa y compensar las carencias que suponen los paseos cortos:
1. Juegos en casa, lo más frecuentes posibles
Estar más tiempo en casa es la excusa perfecta para pasar más tiempo con nuestras mascotas. Y, aunque no puedan salir a la calle ni pasear demasiado, sí pueden ejercitarse. De hecho, según García, ” el juego les ayudará a sobrellevar el estrés del confinamiento”.
Algunas alternativas, más allá de los juguetes tradicionales, son:
- El escondite: es el escondite de toda la vida, pero puede servir para que el perro se entretenga y se ejercite por casa. Si el animal sabe quedarse quieto este juego es perfecto para él. Si no, lo ideal es que otra persona lo mantenga quieto mientras te escondes. Desde la compañía de comida para animales Edgard&Cooper lo recomiendan especialmente para las casas con niños.
- Cajas con comida: si quieres poner a prueba la inteligencia de tu mascota, este es el juego perfecto. Basta con utilizar tuppers transparentes con premios en su interior y apilarlos en una torre. Según indican en Edgard&Cooper, hay que dejar el de arriba abierto para que pueda alcanzar la recompensa con facilidad y motivarle a alcanzar las demás. Esto puede tener una variante con cajas o con una bandeja de horno con compartimentos, donde las recompensas colocadas en algunos de los huecos, se cubren con pelotas de tenis.
- Tirar y recoger: “El clásico de tirarle la pelota o su juguete favorito para que lo traiga es perfecto para estimularlo”, señala García, quien apunta que lo importante es que el perro gaste energía, bien sea corriendo detrás de nosotros si la casa lo permite, dejándole suelto en la terraza o lanzándole una pelota.
2. Ayudarle a estimular el olfato
“El olfato es uno de los sentidos principales de los perros y, al no dejarle interactuar con otros perros ni ir olisqueando por la calle cuando lo sacamos, hay que buscar remedios para cubrir estas necesidades”, indica García, quien recalca que esto puede generarles mucha ansiedad.
La experta recalca que los juegos con comida suelen ser perfectos para ello, pero señala que “puede bastar con esconder pequeñas recompensas por la casa”, aunque lanza una advertencia: “No hay que pasarse y hay que fomentar que se mueva lo suficiente y no se pase el día comiendo chuches o que se acostumbre a ello”.
3. Mejorar el adiestramiento
Esta es una oportunidad perfecta para mejorar el adiestramiento del animal. Para ello, podemos utilizar una cuerda e incluso un trapo viejo si el perro es pequeño. La clave está en enseñarle cuándo parar, aunque este estímulo le servirá para descargar estrés con el juguete.
“El teletrabajo puede ser la oportunidad perfecta para dejarle claro al animal cuándo debe estar quieto o cuándo debe quedarse jugando con sus juguetes”, indica García. “Para ello, el reconocimiento positivo es clave”, añade, y plantea repasar los trucos que le sirvan como estímulo y aprovechar para enseñarle otros nuevos como que pase entre tus piernas, que se tire al suelo, se siente, etc. “Estar con ellos en casa nos sirve para mantenerlos a raya si no queremos que se suban al sofá o que nos muerdan las zapatillas”, detalla.
4. Enseñarle a ir al baño dentro de casa
Lo ideal es que se mantenga la rutina de salir a pasear dos o tres veces al día, aunque sea para que haga sus necesidades, pero si no se puede hacer o si los paseos cortos le generan aún más ansiedad, también se puede aprovechar para comprar empapadores y enseñarle a utilizarlos.
“hay que seguir las mismas rutinas que si se saliera a la calle” y, cuando esté acostumbrado a ir de paseo, llevarle a la zona del piso apartada de donde está habitualmente y donde se situarán los empapadores.
5. Controla su dieta
Va a hacer menos ejercicio, por eso, lo ideal es que coma menos o, al menos, lo haga de forma controlada. Para ello,es importante utilizar dosificadores de comida como los juguetes tipo Kong o los comederos que evitan que se coman la comida de golpe. Esto además le estimulará a la hora de conseguir alcanzar la comida.